Mensajes de Agua

¿Sabías que el agua tendría la capacidad de “capturar” la información del medioambiente? Así lo comprobó el japonés Masaru Emoto en una de sus investigaciones.

Te dejamos a continuación el comentario de nuestra amiga @barbiux , instructora de yoga y kinesióloga, quien se ha encargado de investigar sobre este interesante tema.

La importancia del agua

Siempre se ha tenido en cuenta que el agua es el elemento fundamental para que surja la esperanza de encontrar vida. En cualquiera de sus estados, a la molécula de H2O se le atribuyen propiedades y beneficios irreemplazables en todo tipo de investigaciones.

Nuestro planeta está compuesto por un 70% aproximadamente de este elemento natural; similar porcentaje se encuentra en el cuerpo humano para llevar a cabo la mayor parte de las funciones fisiológicas. En varias culturas, principalmente las que se gestaron mediante la pesca, la luna tendría una influencia predominante sobre el movimiento de las corrientes; por otra parte, las culturas que vivían en base a la agricultura, sus grandes rituales consistían en ceremonias para que la lluvia (agua) fuera lo suficientemente abundante como para subsistir.

 

La investigación de Masaru Emoto 

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, el científico japonés Masaru Emoto estuvo dedicado al menos 10 años de su carrera como investigador a descubrir las bondades científicas del agua.

Varias de las conclusiones de sus estudios coincidían en que ésta es capaz de retener información sobre la esencia de la vida y de la atmósfera que nos rodea, por lo tanto, tendría características propias según su estado y lugar donde que se encuentre. Así es como su estudio “Mensajes del Agua” lo considera una investigación cultural más que científica.

Otra cosa que motivó a Emoto era poder analizar la molécula de agua, sometida a baja temperatura (-5° C, aún en estado líquido), a través de un aparato creado por él mismo llamado MRA, analizador de resonancia magnética, para medir la vibración del agua. Este hallazgo es importante ya que, según Emoto, podría ser aplicado en el tratamiento de diversas enfermedades porque éstas también presentan una vibración específica en los fluidos del cuerpo humano. Por lo tanto, utilizando una vibración determinada de la molécula con la cual cambiaría la vibración patológica, el agua sería el remedio de los tratamientos realizados por Emoto. A partir de su descubrimiento, muchas personas comenzaron a ir donde él obteniendo increíbles resultados en sus terapias.

Gracias a la ayuda del fotógrafo Hideyuki Ishibashi, observó entonces los cristales de agua líquida helada con lo que se dio cuenta de que no había dos copos de nieve (H2O en su estado sólido) que fueran idénticos. Por lo tanto, concluyó que si en este estado se forman cristales, el agua en cualquier estado sería capaz de producir esta disposición en la forma de sus moléculas.

Las primeras fotografías fueron tomadas en una cascada de agua dulce donde los cristales eran preciosos: Hexágonos perfectos. Sin embargo, en el agua de las cañerías y de uso cotidiano, los cristales no lograban tomar una forma perfecta ya que se deshacían en el camino.

La molécula de agua sin intervención lograría dar forma a lo que Emoto denominó “Cristal de Agua” y éstos podrían variar su forma dependiendo de la vibración.

El poder de la música

En su teoría, todo lo que existe en este mundo vibra.  Vibración es sinónimo de energía, por lo que la vibración viajaría a través del agua.  Es por esto que se puede concluir que los cristales hexagonales, que se forman en el agua líquida a baja temperatura, representan la fuerza vital de la madre naturaleza. En cambio, la ausencia de éstos daría cuenta que la fuerza vital ha sido puesta en riesgo energéticamente.

Al igual que la energía vital del agua de vertiente, la música es vibración. Cuando el agua se expone a la música, los cristales se van transformando en la medida en que la melodía y el ritmo de ésta siguen su curso. Es así como los cristales de agua reflejarían, en movimiento y transformación, sus propias emociones.

Emoto, en su investigación, aseguró estar convencido que la música fue creada para que nuestra vibración volviera a su estado intrínseco. Durante la historia de la humanidad, cada cultura ha desarrollado un fenómeno musical propio; cada década ha tenido un distintivo musical. Es inherente a la naturaleza humana crear música y ésta, de forma natural, reajusta las vibraciones. Por lo tanto, la música podría ser considerada una forma de curación antes que una expresión artística y de esto último derivaría el poder curativo de la música terapia.

El poder de las palabras

Al igual que la música, las palabras también tendrían cierta vibración, la cual afectaría a nuestro estado interno gracias al movimiento del agua del organismo. De modo fenomenológico, se descubrió que aquellos pacientes que no podían asistir a las terapias de Emoto de forma presencial, con su fotografía y nombre se podría obtener la información vibracional y así encontrar el método de tratamiento. El nombre del paciente sería el medio a través del cual la vibración de la molécula de agua tomaría una forma determinada. Esto se volvería a medir con el analizador de resonancia magnética dando como resultado el HADO: término japonés, se refiere a la vibración producida por las moléculas de agua del organismo de un paciente.

Con palabras positivas y negativas los cristales también cambiarían su forma radicalmente.  El agua demostraría entonces que las palabras tienen un poder intrínseco y que tanto el lenguaje como las palabras en sí son parte de la respiración de la vida. Esto fue comprobado gracias a un experimento en el que rodearon el agua proveniente de cañerías; recipientes con este tipo de agua rodeado por personas diciendo palabras lindas, luego cerraban los ojos y proyectaban con el pensamiento las mismas palabras positivas.  En el análisis final se evidenció que de a poco comenzaron a aparecer cristales hexagonales los cuales fueron aumentando su tamaño hasta formar un solo cristal.

A través de la cristalización, el agua demostraría ser un espejo de nuestros pensamientos; tendría entonces la capacidad de mostrarnos lo que no podemos ver.

En palabras de Emoto, los cristales de agua transmiten un mensaje universal: La madre naturaleza es la raíz de todo.

 

 

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